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Recapitulación del curso pasado

Contrato ministerial 2015

Recapitulación del curso pasado

El curso pasado, en mi contrato ministerial reflejaba mi objetivo de conseguir un ministerio extra-eclesial donde los jóvenes pudieran encontrar un lugar de crecimiento y de discipulado, o incluso de evangelización fuera de la iglesia, pues mi carga y mi ministerio creo que tienen que ir orientados a los jóvenes, al menos principalmente.

 

Sin embargo, creo que aun habiendo hecho ciertos pasos, la realidad es que los objetivos o la forma en que yo preveía empezar este curso, no se han dado por diversas circunstancias, tanto por mi parte como externas a mí. Por mi parte, por no haber sabido enfocar del todo bien cómo hacer un desarrollo ante el desconocimiento de la idiosincrasia de las iglesias en Madrid; externo a mí, por situaciones y problemas que dependen de las personas y del lugar, ambiente en el que se encuentran.

Viendo la situación actual

La situación actual en las iglesias de Madrid y que yo desconocía, tanto a nivel de la juventud como en el resto de las edades de las personas que las conforman es que las iglesias no se relacionan entre sí. Está muy arraigado en las personas el pertenecer de forma literal a una iglesia. Y de hecho, nada más llegar a cualquier iglesia los pastores es en lo primero que se fijan: si seguirás con ellos o por el contrario buscarás otro lugar de reunión. Y digo esto de mi propia iglesia en Madrid, la Iglesia Cristiana Evangélica de Aluche (ICEA), con gran pesar, porque esto se vivió antes en Catalunya que aquí, y me duele ver la situación.

 

Me he dado cuenta de que las personas que conforman las diferentes iglesias, difícilmente están dispuestas a dejar de lado su etiqueta del lugar al que asisten o de la denominación a la que pertenecen para centrarse en aspectos más comunes, dejando las diferencias que sabemos que existen entre ellos.

 

Me duele ver en ciudades como Parla cuatro iglesias, tres de las cuales se encuentran en la misma calle. Preguntando, descubrí que los creyentes no se conocen entre ellos, no han evangelizado el pueblo con campañas o eventos conjuntos.

 

Me duele ver que cuando mi iglesia presta el local a Salem y tenemos una reunión a la vez, no la celebramos juntos aunque sea lo mismo (oración o jóvenes). O que en dos años que esto se sucede, los miembros de una y otra iglesia no se conocen, ni siquiera cruzan palabras al encontrarse en la salida. Todo porque pertenecen a su iglesia.

 

No digo con esto que no sea correcto pertenecer a una iglesia y centrar tus esfuerzos en ella. Quiero decir que creo que es necesario crear una unidad que permita eliminar las diferencias para un propósito común. Un ejemplo más que visual: las olimpiadas evangélicas se celebran anualmente en Barcelona y Madrid. En Barcelona, acuden miles de personas de cientos de iglesias, llenando uno de los estadios más grandes de la ciudad. Las personas, rápidamente se mezclan para saludar y hablar con aquellos que conocen y presentar y establecer nuevos lazos con personas de otras iglesias. En Madrid, con muchos más habitantes, la cantidad de asistentes es muy reducida. Tanto es así que las iglesias están claramente diferenciadas en el estadio. No se relacionan entre ellos. Esto es lo que hay que trabajar, primero en los adultos, para luego trabajarlo en los jóvenes.

 

En mi grupo de jóvenes, el curso pasado celebramos un par de reuniones conjuntas con otras iglesias, y queremos seguir haciéndolo. Pero es un trabajo duro.

Viendo la situación actual

Próximos pasos

Próximos pasos

La ICEA creará en las próximas semanas un nuevo grupo evangelístico en el barrio. La necesidad es grande, y mi idea es, lógicamente, colaborar con ellos en cuanto esto sea posible y se haga. Me gustaría proponer aunar esfuerzos con otras iglesias del barrio directamente a los pastores, pero no sé si esto será posible.

 

Al mismo tiempo, tengo carga por los jóvenes de la iglesia. Este verano, algunos han dejado de asistir y me gustaría seguir hablando con ellos y ayudarles en su vida cristiana, en formación (junto con los líderes), e involucrarlos en la necesidad de evangelizar junto con el nuevo ministerio evangelístico que va a crearse en la iglesia.

 

Mientras este ministerio no sea formado en ICEA, seguiré evangelizando en la Puerta del Sol, porque es a la vez un proceso de aprendizaje de herramientas evangelísticas que considero importantes y pueden ser de ayuda para este futuro ministerio en mi iglesia.

 

El objetivo parece lejano, pero creo que poco a poco y trabajando dentro de mi iglesia, desde el grupo de jóvenes se puede ser ejemplo para el resto de la iglesia. La importancia y la meta siempre están en el hacer y no quedarse quieto ante la impotencia de no poder llegar al objetivo directamente.

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